
La aparición de las redes sociales cambió radicalmente el paradigma de la comunicación entre empresa y cliente. De repente existía una plataforma a través de la cual los usuarios podían interactuar con las empresas, y viceversa. Una forma de estar en constante contacto con el usuario y permitir de esta manera no sólo el poder ofrecerles información comercial sobre nuestro negocio, sino también una gran oportunidad de aprender de nuestro cliente, saber cuáles son sus gustos y cómo quiere interactuar con nosotros.
Como pasa siempre cuando aparece una nueva tecnología revolucionaria, no fueron pocos los que se lanzaron a afirmar con fiereza que eso no iba a servir para mejorar nuestra empresa, y como pasa siempre, se equivocaban.
La velocidad a la que las redes sociales se instalaron en nuestra rutina diaria, pasando de no haber oído hablar nunca de ellas un día a usarlas con regularidad al siguiente hizo que durante un largo período de tiempo nadie supiera exactamente como utilizarlas en favor de su negocio. Y es aquí donde la gente que intuía que las redes sociales iban a ser el futuro se puso a probar, dando palos de ciego y analizando muy detenidamente qué resultados se obtenían según la acción iniciada, y de esta manera nacieron lo que hoy se conoce como CM (Comunity Manager) o SMM (Social Media Manager). Cabe destacar que un CM no es lo mismo que un SMM ya que el primero no se centra solo en las redes sociales y el segundo sí, pero este es un tema extenso que, si podemos, ampliaremos en otro artículo.
Muchas empresas no creyeron en el trabajo de un Community manager y se adentraron sin tener conocimiento alguno en un mundo totalmente distinto a lo conocido hasta el momento. Tener al alcance de tu mano todo el mundo es un arma de doble filo, y la gran mayoría de estas empresas la sufrieron en sus propias carnes.
Hoy en día el puesto de CM en una empresa es casi obligado, y lo más bonito de todo esto es que podía ser cualquiera, no hacía falta tener una titulación universitaria para poder serlo, más bien al contrario, la única escuela que existía era la experiencia sobre el terreno, y la intuición, la mejor arma de un buen CM. Son pocos ya los que dudan de la fuerza de las redes sociales, excepto los que siguen dando palos de ciego que, por supuesto, no consiguen buenos resultados.
Pues lo mismo está sucediendo con la generación de contenidos para la visibilidad de nuestro proyecto web. Desde el cambio de algoritmo de Google en el que se premia por encima de todo el buen contenido que generamos, la posición del “generador de contenido” y/o «content curator» empieza a ser totalmente imprescindible dentro de nuestra empresa.
Hay un nuevo cambio y, como siempre, tardaremos tiempo en darnos cuenta y valorarlo, pero dentro de pocos años será reconocido como parte fundamental de una estrategia online.
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